L’Hospitalet de l’Infant, 19 de diciembre de 2016. La central nuclear Vandellós II se conectó a la red eléctrica a las 15.22 h. de ayer domingo, una vez finalizados los trabajos correspondientes a su 21ª recarga de combustible, dando paso al vigesimosegundo ciclo de operación de la planta. Más de 1.000 profesionales procedentes de 65 empresas de servicios han trabajado durante este período en la planta, junto al equipo humano de la instalación, para poder llevar a cabo todas las tareas planificadas.
En la 21ª recarga de CN Vandellós II se han acometido, según la planificación prevista, más de 9.000 órdenes de trabajo, la mayoría de las cuales correspondientes a inspecciones y tareas de mantenimiento preventivo de la instalación. Entre las actuaciones más relevantes llevadas a cabo en la recarga destaca, además de la renovación de 64 de los 157 elementos combustibles alojados en el reactor, la inspección decenal mediante ultrasonidos de la vasija del reactor y de sus toberas. También se ha llevado a cabo la implantación del nuevo sistema de control digital del reactor (SCDR), la revisión de los trenes de seguridad y la modernización del sistema de distribución de corriente continua.
Del mismo modo, se ha procedido a la implantación de las últimas modificaciones de diseño relacionadas con el proyecto de Refuerzo de la Seguridad derivado de las pruebas de resistencia post Fukushima, contempladas en las Instrucciones Técnicas Complementarias emitidas por el Consejo de Seguridad Nuclear. La actuación más destacada enmarcada en este proyecto es la instalación de los distintos componentes del sistema de venteo filtrado de la contención, para la que se ha hecho necesaria la habilitación de una grúa de grandes dimensiones, con una capacidad de carga de 500 toneladas. El sistema de venteo filtrado de la contención, la instalación de recombinadores pasivos de hidrógeno y la puesta en servicio del Centro Alternativo de Gestión de Emergencias (CAGE) representan las últimas medidas de un proyecto global que aumenta la robustez y la capacidad de respuesta de la planta ante sucesos que pudiesen ir más allá de sus bases de diseño.